Un nuevo dia.

El agua de la ducha se deslizaba por mi cuerpo, empezando por el pelo rubio y terminando por mis piernas. El agua caliente me relajaba y destensanaba mis músculos para prepararlos para otra cansada y fatigada jornada laboral.

Salí d ela ducha y me asequé. Me puse un camieta y encima la chaqueta de militar, también los pantalones y las botas.
Cogí el peine y lo pasé varais veces por mi pelo, de arriba a abajo deshaciendo los enredos. Para terminar me hice el recogido.

- Adiós Hayate. - dije al perro mientras le acariciaba la cabeza - Te he dejado comida y agua donde siempre. Y recuerda... - le miré a sus ojos oscuros - ¡Vigila donde haces orina!
El perro bajó la cabeza, como si me temiese. Salí y cerré la puerta dándole dos vueltas a la llave.

El sol resplandeciente me obligó a cerrar los ojos. Un dia magnífico y encerrada en el cuartel.

- Ains... - solté un suspiro y emprendí mi marcha habitual hacia el cuartel.

Menudo aburrimiento. Otro dia como los demas. ¿Donde estaba la accion? Realmente no soy de ciudad. Estaba perdida y muerta de hambre, a ver, ¿que queria decir "Nicole's Bar"? ¿Por que la gente no se expresa mejor? ¿Y donde encontraria yo un lugar para comer en medio de un festival llamado "Family restaurant"? En esa ciudad habia mucha gente, y todos parecian sanos de salud y felices con sus familias. Familias... Que envidia...

-¡AAAH! ¡SOPA DE CACAHUETE! - increible, ahi estaba, justo lo que necesitaba. Pero cometi un error, como de costumbre, aunque no me arrepiento de haberlo hecho. Me lance encima de la mesa, donde habian tres personas que estaban bebiendo la sopa, con una pluma bañada en oro en la mano de cada una de esas tres personas, y unos papeles en los que iban anotando ciertas cosas que no pude descifrar.

Sin pensarlo mas, empece a beber de la sopa, que ciertamente estaba muy buena. Fue rapido; solamente me tomo unos 40 segundos acabarmela. Note como me volvia el color a la piel, como mis ojos de color caramelo volvian a tomar su estado original; el carmesie.

La gente de mi alrededor estaba chillando. No sabian que hacian; iban a quedarse todos afonicos.

-¡EXCELENTE!- Chille entre la multitud mientras dos hombres de un uniforme azul oscuro intentaban agarrarme. ¿Qienes eran? En ese momento era imposible de que lo supiera una persona tan estupida como yo.

-Ahora vas a venir con nosotros y vamos a llamar a tus padres, niña. Mira lo que has armado... - Dijo uno de los dos hombres.

Sinceramente, no sabia donde ir, asi que decidi acompañarles. Quizas ellos, que llevaban unos vestidos parecidos a los que acostumbraba a llevar el, sabrian algo sobre s muerte. Sabrian donde deberia ir para vengarme, y lo mas importante: Sabrian donde podria encontrar de nuevo a mi hermana.

Durante todo el trayecto no dice nada. Transcurrio todo en silencio. El problema estubo cuando llegue ahi. Me llevaron a una sala donde habia un hombre moreno, con tez clara, alto y esbelto.

-¿Por que me traen esta niña a mi?- Dijo el.

- La mayoria del cuerpo se han tomado vacaciones por el tema del festival, asi que usted debera encargarse de ella. La teniente llegara mas tarde, ahora estaba repsando algunos de los casos pasados antes de que se incorporara acero.

-Esta bien. - El hombre anterior salio de la sala y este se dirigio a mi. -Yo soy Roy Mustang. ¿Como te llamas tu, pequeña?

- No deberia hablar con desconocidos

- Maldita niña malcriada! A ver, dame el telefono de tus padres...

-No soy una niña; tengo 16 años aunque no lo parezca. Y no tengo padres.

- A que me recordara esto de la altura...- murmuro. Y luego subio el tono. - Has armado una buena en el festival, y si es cierto lo que dices de que tienes 16 años, tendras que hacerte cargo de lo que has hecho. Aunque, ¿eres extrangera?

Llegué al cuartel, nada más entrar fui hacia una chica que estaba sentada detrás de una mesa.

- Buenos días^^ - dije sonriendo. - Toma, el informe del otro día.

- Gracias Teniente. - respondió mientras archivaba los papeles que le entregué.

Seguí el camino habitual, subir las escaleras, tumbar a la derecha, más escaleras... También saludé a conocidos como de costumbre. Ya estaba un poco más alegre, la depressión del madrugador ya me pasó.
Antes de llegar a la sección de Mustang dos soldados se aturaron ante mi:

- Teniente Hawkeye. - dijeron casi al unísono. - Buenos días.

- Buenos días, ¿pasa algo?

- El Coronel Mustang le espera en su despacho, resulta que ha habido algún altercado.
- De acuerdo... - dije mientras retomaba el paso, ahora más acelerado.

Llegué a la puerta del despacho de Roy, piqué a la puerta y entré. Vi a Musatng acompañado por una joven. ¿Estaria ligando ya? Pero esa chica parecía demasiado joven para él.

- Buenos días Coronel. - dije, poniéndome firme con la mano a la altura de los ojos, como hago de costumbre - ¿Ha sucedido algo?

Justo cuando iba a responder entro una chica con el pelo rubio recogido, con unos ojos de color acarameldo y de pestañas largas.
- Buenos días Coronel. - Hizo un gesto colocando su mano en su frente, en muestra de respeto y de orden - ¿Ha sucedido algo?

-Si. Esta chica se ha tomado una de las sopas que tenia que tomarse el miembro del jurado interrumpiendo la fiesta-.

Mientras hablaba, me fije en la sala. Sobre la mesa habian unos documentos y algo que me resultaba familiar. Brillaba sobre el escaso rayo de luz que entraba. Era plata. Una redonda de plata.... No, un reloj de plata.

¿Por que tenia ese estupido un reloj como el suyo? (se refiere al prometido de cisqua XDU) ¿O a caso era el mismo? sin darme cuenta me salieron las parabras de la boca:

- Estupido perro -entonces "el apuesto caballero y su dulce doncella" me miraron-, ojala mueras. Me marcho.

-Tu no vas a ninguna parte - Se coloco unos guantes. ¿Hacia tanto frio? Yo me estaba asando. - Vuelve a tu asiento inmediatamente o tendre que detenerte por la fuerza.

Hora de actuar, la chica aun no sabia mi verdadera edad. Si tenia suerte, creeria que solo era una niña de 10 años e intentaria parar a su superior. Me puse a llorar.

- Estupido perro - soltó d erepente ña chica, me quedé mirándola-, ojala mueras. Me marcho.

La chica se levantó furtivamente con la intención de marcharse, pero Roy también se levantó poniéndose el guante flamígero. ¿Acaso quiere atacar a una niña?

- Coronel... - desfundé la pistola corta. - ¡¡¡ ESTÚPIDO !!!

Le di un golpe con la culata en la cabeza, eso hizo que se desestabilizara y cayera en su silla.

- ¿Q-que haces Riza? - preguntó él temeroso.

- Es que quizás quieres atacar a una niña indefensa. - dije con un tono serio, al mismo tiempo que me ponía de cuclillas a la misma altura que la chica. - No te preocupes...

La miré los ojos, también le di un vistazo por todo el cuerpo. Su mirada era diferente a la de una niña...

- Espera... - dije mientras giraba la pistola a la posición normal, solo por precaución - ¿Cuantos años tienes?

Os he borrado los dos últimos mensajes ya que incumplían una de las normas de juego: No se pueden manejar personajes ajenos.

Podéis postear eh U¬¬ que no os he cerrado el tema ni nada

- Espera... - La mujer bajo el arma - ¿Cuantos años tienes?

Chasquee la lengua.

¿Y que mas daba la edad que tenia? ¿No dicen que en el amor la edad no imprta? ¿Y por que recorcholis estaba preguntandome eso? Recorcholis... ¿Tan patetica me habia vuelto que estaba diciendo "recorcholis" en vez de usar una simple palabrota? Eso de ir por ahi pasandome por una niña pequeña para poder entrar al tren gratis, o para poder comer menus infantiles baratos, me estaba empezando a afectarme de verdad.

- No se... Puedo tener la edad que quieras; una vez en una obra teatral me hice pasar por una señora de 72 años y gane un premio. Y si tu quieres puedo tener incluso 9 años que es lo que intentaba simular hasta que tu te diste cuenta. Dieciseis, tengo diciseis años justos y contados. Pero que conste que soy mas buena alquimista que todos los perros juntos, y eso no lo quita nadie- cogi un papel del monton, donde habian unas palabras escristas con negrita debajo de un escudo raro, un nombre. Extrabagante y largo. ¿A quien se le ocurriria poner eso? ¿A un marques? ¿A unos burgueses? ¿Barones?

ALEX LOUIS AMSTRONG

Gire el papel y cogi la pluma y la moje en la tinta del mr. Hombre Perfecto y escribi con letras grandes, de tal forma que ocuparan toda la plana la palabra "NADIE" y la subraye. En el fondo solo era una niña, pero me habia cogido una buena rabieta con el Señor Me Gusta El Color Azul Y Tengo Tanto Dinero Que Mira Mi Super-Reloj que se pasaba de lista. Es lo que hace el buen tiempo; inspira. Y ademas, con lo bien alimentada que estaba ese dia, lo que tenia era pura adrenalina.

Despues de un larguisimo segundo, que se me hizo casi eterno, me puse a dibujar en el papel. Desde pequeña siempre todo el mundo me habia dicho lo muy bien que dibujaba. Eso me hacia mentirme a mi misma, creyendolos. En realidad, al girar la esquina, se mofaban de risa. Por lo que quise demostrar mi arte de ofender a las personas de esa manera. Obviamente, dibuje a Lassy; el Super-perro del ejercito sentado en la mesa, que estaba empezando a perder la calma que tenia en un principio. Yo lo sabia; en un momento que no ocurriria dentro de mucho, o el se pondria a chillar, o la mujer se pondria a reir por mi dibujo. Esperaba que ocurriera la segunda opcion antes que la primera, pero mi buena suerte era muy limitada.

En el fondo, el hombre-lobo, me daba pena. Yo ya habeia perdido la paciencia. Por lo que pense que a lo mejor deberia dejar de hacer estupideces, que ya era mayor. Era hora de buscar a mi hermana, y olvidar todo lo demas. Si el ejercito me cogia por mi falta de respeto, ¿que haria?

El silencio se rompio.

- Dieciseis, tengo diciseis años justos y contados.

Apunté su edad en la libreta, junto a su nombre, aún quedaba un hueco en blanco, en el que se supone he de colocar todos los datos.

- Pero que conste que soy mas buena alquimista que todos los perros juntos, y eso no lo quita nadie.

Así que también es alquimista. Seguí anotando.

Mientras anotaba vi que rallaba un papel, cuando fijé más mi atención vi que dibujaba, ¿pero el que?
Decidí no hacer caso a lo que dibujaba y pregunté.

-¿Puedes decirme tu nombre y donde vives?

Un soldado corría por el cuartel de central hasta llegar a la oficina delcoronel Mustang. Sedirigió a la teniente Hawkeye, que estaba con una niña a la que no hizo ni caso.

-¡Teniente Hawkeye! Ha llegado mucha gente asegurando que un chico raro con pinta de palmera ha decapitado a una niña a la entrada de un restaurante del parque central.- Dijo el soldado con horror.

-¡Teniente Hawkeye! Ha llegado mucha gente asegurando que un chico raro con pinta de palmera ha decapitado a una niña a la entrada de un restaurante del parque central. - dijo un soldado que acababa de entrar.

Me quedé helada, pero rapidamente pensé que hacer.

- Bueno, Robin te dejo con el Coronel, portaos bien. - hice un guiño a Roy. - Ya me encargo yo de esto, Coronel. - me puse firme y salí corriendo.

Justo cuando iba a responder de una mala manera, olvidando todo lo que antes habia pensado sobre la busqueda de mi hermana, entro alguien a la sala. Teniente Hawkeye; asi se llamaba la mujer.

- Bueno, Robin te dejo con el Coronel, portaos bien. - Guiño el ojo al mutante del pelo negro. - Ya me encargo yo de esto, Coronel. - Se fue

¿Pero no me acaba de pregunta mi nombre? ¿Como lo sabia? Hay mujeres con una intuicion femenina realmente espeluznante. ¿O era memoria? Que yo recordase, nunca antes la habia visto.

El dibujo cayo al suelo.

-¿Quieres dejar de tocar mis cosas? A ver, responde a todo lo que digas. - Dijo el coronel caballo (Mustang es un caballo >__>) - ¿Nombre completo?

- Madame Robin Kouyama

El señorcito me-gustan-las-tenientes-rubias apreto las manos, para no saltar a pegarme. Por un momento me estremeci.

- ¿Localidad? -pregunto mientras escribia.

- Ahora mismo el despacho del amable y cortes Coronel Mustang

- ¿Localidad? -volvio a repetir.

- Ninguna. - Me puse seria; me habia cansado de hacer tantas bromas. Ya me dolia la barriga de tanto reir, y el cuello de tanto chillar.

- ¿Ninguna? - Repitio.

- No, ninguna. Soy algo asi como nomada. - Jodia tener que decir eso.

-¿Como? ¿No eres muy joven por ir andando por ahi asi? ¿Donde estan tus..?

Le corte.

- Muertos. Perdon, posiblemente muertos.

- Vaya, no lo sabia. Lo siento.

-No te disculpes. La culpa no es tuya. O quizas, si.

Hubo un largo silencio. Por lo menos estubimos ocho minutos callados. La puerta se abrio.

Llegué otra vez al cuartel, entré corriendo dando el informe del restaurante, que había hecho de camino, a secretaría y diciendo un pequeño saludo volé hacia el despacho de Mustang. Esperaba que esos dos no se hubiesen matado mutuamente.
Abrí la puerta.

- Hola... - dije al ver la escena, todo estaba en orden, - Coronel Mustang. - hice un gesto de respeto, pero no me acordaba del nombre d ela chica, asíque me fijé en su bolsa donde ponía su nombre - Y Robin - sonreí. - Veo que aún estáis vivos.

Dejé mi bolso en la mesa.

Me lancé a ella.

- El señor este casi me pegaaaa!! - Mentí. - Antes he intentado dibujarlo y mira que ha hecho con mi dibujo! T//T - señalé un trozo de papel arrugado que habia en la mesa.


PD: siento haber tardado tanto, en serio. Lo siento. Y encima ahora solo hago esto.. u_u pero esque si Ya no puedo ni hacer servir a Roy... xD

- ¿Ese es tu dibujo? A ver como de bien dibujas...

Fui hacia el dibujo, lo cogí y lo desarrugué. Nuncahe hablado de lo que haía en ese papel y nunca lo haré.

- ¡¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJA!!!! - no pude aguantarme - Pero Roy... ¡¡si te pareces mucho!!

off: se supone que ha de postear roy ¬¬

Y el malo-maloso quería que la dibujara. Necesitaba tener a alguien de mi parte... Además... las pocas ganas que tenia ahora de hacer nada... Mis cambios de humor son demasiado fuertes. Incluso irritantes.

-No sé... Esque yo solo dibujo si puedo mejorar... Ella ya es muy guapa y si la dibujo quedará mal... - Se me escapaba la risa mientras decia esas palabras. Me dirigí a ella señalando mi dibujo de manera que pudiera verlo - Pero esto si que es mejorado, ¿verdad? =D

PD: Al principio seé poco hamija de Roy... luego ya veremos xDxD

- Es verdad, en su caso la mejora es extraordinaria, jejeje...

Esa chica era divertida y espabilada. No creo que pudiese causar muchos problemas. Al fin y al cabo, lo ha pasado mal y sólo quería comida.

- Bueno... Roy...¿que hacemos con ella? - dije, al instante se me escapó una risita al recordar el dibujo.

Jo. Ya empezábamos.

-Soy buena alquimista,asi que como castigo me podriais dejar ayudaros con algo... Mientras no sea lavar platos... - La cara que habia detras de ello, era la de la indirecta. Si me quedaba a ayudar, tendría comida gratis, cama gratis... Total, perfecto. Y además incluso me lo pasaría bien. Mientras no tubiera que ver esos relojes que debian valer más que todo lo que yo he comprado en toda mi vida junto (contando lo robado también).

Antes de que terminasen a duelo alquimista decidí poner punto y final.

- ¡¡Muy bien!! Decidido... Robin tendrás que hacer trabajos para el ejército durante un mes.

Cogí unas fichas en blanco y las rellené.

- Y si te resistes solo te quedará... la cárcel. - puse cara de sorpresa, - ¿Te parece bien?

Pues a mi me gustaba ._. Aunque lo de comida gratis estaría bien... Pero habia algo más importante si no habia cárcel y habian trabajos...

-Los perroooooooooo- Y volvía a cagarla-digoooo!! >//< Los del ejército dejarías morir a una pobre niña de hambre? Sí, sí, haré esos trabajos encantada - Cuando se diesen cuenta de lo desastrosa y desordenada que era... - pero aun así... si estoy aqui no me podré buscar un trabajo, y... - Me cortaron de nuevo.

- ¿Buscar trabajo? - dije mientras recogía todos los informes que Roy Mustang había firmado, pero el muy vago no los había entregado...- Dudo mucho que alguien quiera contratarte... Voy a llamar a la Residencia militar.

Dejé el papeleo apartado y marqué el número.

-Si te interesa soy buena redactando, que veo que tienes muchisimas cosas pendientes- sonreí con ironía y ahora me dirigí a la mujer - Bueno, cuando podré salir de esta sala? llevo aquí casi todo el día...